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domingo, 30 de noviembre de 2014

¿Puedo modificar las condiciones de uso de Facebook?

"Aviso a Facebook de que prohíbo que utilice mis fotos,
 que son privadas,
 y que si lo hace contraviene lo dispuesto en legislaciónderogaoinventadadanúmero158/1960"



¿Quién no ha visto publicado alguna vez en el "estado" de un amigo algo parecido? Avisos de que no se aceptan ciertas condiciones de uso, restricciones a Facebook de la utilización de nuestros datos, fotos, las propias publicaciones, o incluso del acceso que la compañía pueda tener a todo lo enumerado.
Pues nada, en esta entrada te voy a explicar  por qué esos "estados de protección de datos y propiedad intelectual todoenuno" no valen para nada, y por qué, de valer para algo, no tendrían eficacia.

De por qué no vale para nada que yo deje constancia por escrito en mi estado de Facebook de lo que no acepto:

¿Recuerdas cuando te hiciste una cuenta en Facebook? Yo te refrescaré la memoria: Arriba del icono verde gigante que dice "Regístrate", aparece el siguiente mensajito:
Al hacer clic en "Regístrate", muestras tu conformidad con nuestras Condiciones y aceptas haber leído nuestra Política de uso de datos, incluida la sección sobre el uso de cookies.


Esto significa que te sometes expresamente (y no tácitamente, como dicen los que publican los "estados de protección de datos y propiedad intelectual todoenuno) a lo que Facebook decida sobre cómo se gestiona tu información (dentro de los límites legales) y que además das fe de que has leído y te has enterado de las condiciones a las que te sometes. De hecho si pinchases en las palabras marcadas en azul podrías hacerlo.

Lo que ocurre es que una vez que das tu consentimiento, no vale de mucho que a posteriori "rectifiques ciertas cosas que no te gustan". Esto es como un contrato de permanencia que firmas con Vodafone, no cabe negociarlo, ni antes, ni mucho menos después. Es lo mismo para todos, si lo aceptas todo, te damos el servicio, y si no quieres aceptar algo, no te lo damos.

En definitiva, se trata de condiciones que no son modificables, y menos aún unilateralmente por el usuario, a las que tienes acceso antes y durante el uso (y esto principalmente es lo que las hace válidas).


 De por qué (en el hipotético caso de que sirviera para algo) no tiene eficacia que escriba en mi propio "estado" mi rectificación de condiciones, aún cuando estén amparadas por legislación (si se diera el caso de que fuera aplicable).

Sobre todo, es cuestión de que Facebook pueda tener acceso a ellas, como tú tienes acceso a las condiciones impuestas por Facebook.


No tenemos forma de saber si la empresa ha llegado a conocer nuestra declaración o si ha pasado despercibida entre nuestras fotos de la boda del primo Josele y las publicaciones de canciones de Youtube ilustrativas de nuestro estado de ánimo. Falta lo que en Correos sería el acuse de recibo: un medio eficaz, fehaciente, de que te quede constancia de que le ha llegado a la contraparte aquello que quieres pedirle, para que puedas exigir que lo cumpla. Y es que nadie puede cumplir algo que no sabe que se le está pidiendo.

Pero a parte de esto, que no es poco, la mayoría de las veces lo que se anuncia es que no se quiere que Facebook husmee en el perfil, lo que yo encuentro una total contradicción, porque es esperar que Facebook acceda a tu perfil para tener constancia de ese anuncio y que luego deje de acceder. Si acaso, decir "de ahora en adelante", en fin, formalismos que den algo de coherencia a tus pretensiones. Ni que decir tiene que claro, anunciar en ese momento tal restricción, se puede interpretar como que hasta ese momento sí tenía tu permiso para husmear. 

Que no, en serio, que estas declaraciones a posteriori no hay por dónde cogerlas, y menos si están publicadas en un estado, entre un "hoy voy a la peluquería" y "jope, mierda de lluvia".


En resumen, que no puedes modificar las condiciones de uso. Lo único que puedes hacer es aceptarlas o no, pero siempre en bloque.

No obstante, como Facebook es una empresa tan moderna y quiere que sus usuarios sean súper felices, te dan la opción de que contactes con ella si algo no te gusta, a los meros efectos de que lo sepan, no de que se te modifiquen las condiciones, claro (como el buzón de sugerencias de Alcampo, para que te hagas una idea). Y dice así:
Si tienes preguntas o quejas en relación con nuestra política de uso de datos o nuestras prácticas, ponte en contacto con nosotros por correo postal. Si resides en EE. UU. o Canadá, nuestra dirección postal es Facebook Inc., 1601 Willow Road, Menlo Park, CA 94025. Si resides fuera de EE. UU. o Canadá, nuestra dirección postal es Facebook Ireland Ltd., Hanover Reach, 5-7 Hanover Quay, Dublin 2, Irlanda. También puedes ponerte en contacto con nosotros a través de esta página de ayuda
Como ves, tienen un equipo de redacción nada enrevesado. Las condiciones son muy fáciles de leer y entender, y te explican a qué tiene acceso Facebook de lo que tú publicas, que en resumen, es a todo.

Lo más importante es que si lo que quieres es que Facebook no tenga acceso a ciertas cosas, seas tú quien no las comparta en esta red social. 

Y eso, que no hagas caso de las cosas que circulan por Facebook, por mucha apariencia legal que tengan, o muy razonado que creas el argumento; que al igual que "la mejor respuesta" de "Yahoo-Respuestas", suelen ser, por norma general, gilipolleces.




martes, 18 de noviembre de 2014

Twitter, el nuevo servicio de atención al cliente de las empresas


(Actualizado a 18 de Abril de 2016)
Hasta ahora, lo peor de hacer gestiones con una empresa era contactar con ellas. Muchas veces, incluso con una oficina abierta cerca de tu casa, ciertas gestiones sólo se podían hacer por teléfono a través de números de tarificación adicional 901 y siguientes. Encima, nos atendía el contestador de la empresa en una interminable retahíla de opciones asociadas a un número: "si desea conocer las ventajas de nuestros servicios, marque tres". Como te dejaban un correo electrónico de contacto, la exigencia de la ley de que las empresas sin establecimientos abiertos al público proporcionasen un medio gratuito de comunicación para los clientes, estaba más que cumplida. Y encima, no había posibilidad de que tuviésemos copia del correo, porque lo que cubríamos no era más que un formulario en la propia página web y que "ya nos llamarían", sin llegar a tener la certeza de fuese recibido correctamente.

Como abogada, hago estas gestiones con empresas casi diariamente y llamar a los números de tarificación adicional es un coste inasumible. Si bien hay páginas web en las que puedes encontrar números equivalentes al 902 con prefijos caseros, son también sistemas automatizados, con lo que llegar al "le paso con un agente" siempre acaba llevando más de 10 minutos. Y que sea ese el agente que te facilite la información, sólo la providencia lo dispone.

Por eso estoy de celebración: Actualmente muchas multinacionales e incluso empresas de gestión municipal están dedicando recursos para atender las consultas de los consumidores a través de Twitter de una forma, además, pasmosamente eficiente. Telefonía móvil, suministros de luz y gas, electrodomésticos, aseguradoras...ninguna materia se queda fuera. En menos de dos horas la mayoría contestan que te pongas en contacto con ellas a través de mensaje privado, o en su caso, que les facilites información de contacto para que te llamen ellas, y esto en el peor de los casos, porque muchas veces te facilitan la solución directamente por escrito en respuesta a ese mensaje privado que envías.


Yo estoy encantada porque me ahorran horas al teléfono en mi trabajo, pero evidentemente me complace que cuando actúo como consumidora me atiendan de forma rápida, cómoda y eficaz.






Sin ir más lejos, la semana pasada llamé al servicio de gestión de aguas de mi ciudad, Santiago de Compostela, para que me explicaran la factura del agua, ya que la información que se ofrece en la página web es...escueta

Información de la página web VIAQUA

Para mi descontento, a través del teléfono de atención al cliente me respondieron que no sabían explicarme la factura, y que debía ir en persona a la oficina de donde resido. Les pedí el teléfono, a lo que se negaron justificándose en que "no atienden por teléfono".

Siguiendo mis hábitos de pregonar a bombo y platillo lo que opino de las empresas en redes sociales, busqué a VIAQUA en Twitter, les dejé mi queja y en menos de un día se pusieron en contacto conmigo para darme asistencia. Les facilité los datos y les aclaré la consulta que quería hacer. Hasta ahí, dentro de la línea. Me esperaba que me contestasen con un Tweet o que me pidiesen un teléfono de contacto para que cualquier teleoperadora de la empresa me llamase para explicármelo. Sin embargo, para mi sorpresa y satisfacción, tuvieron la iniciativa de llamarme sin pedirme más información, procurando por sí mismos localizar el teléfono de contacto relacionado con mi punto de suministro...en definitiva, evitarme molestias alejándose de las típicas dilaciones de "nos faltan datos".  La persona que contactó estaba al tanto de mis dudas y fue, con una paciencia admirable, explicándome punto por punto la factura.

Evidentemente, estoy encantada no sólo por cómo me trataron, sino porque ahora sí entiendo mi factura del agua (ya os la explicaré)

Enhorabuena, empresas, estáis haciendo un muy buen trabajo.